miércoles, 31 de diciembre de 2008

Vampiros


En 1732 tres médicos austríacos fueron enviados a Belgrado para
investigar la muerte de un hombre del lugar. Cuando llegaron al
pueblo muchas personas les contaron varias historias sobre el
muerto, diciendo que todo había comenzado cinco años antes de su
muerte. La víctima, Arnold Paul, había muerto al caerse desde un
carro, se rompió el cuello. Unas semanas después de su entierro
la gente se empezó a quejar de que Paul aparecía por las noches,
y cuatro de esas personas a las que se les apareció habían muerto
poco después.

Varias personas comentaron que Arnold Paul les había contado la
historia de que había sido atacado por un vampiro en Turquía
durante su servicio militar. Contó que había asesinado a ese
vampiro y que después comió tierra de su tumba y juntó su sangre
con la sangre del vampiro para no poder convertirse en uno de ellos.



Cuarenta días después de su entierro su cuerpo fue exhumado
y la sorpresa llegó cuando descubrieron que el cuerpo estaba
intacto, con sangre fresca saliendo de su boca, oídos, ojos
y nariz. También las ropas del cuerpo estaban cubiertas de
sangre. Todo esto llevó a los investigadores a la conclusión
de que Arnold Paul se había convertido en un vampiro y que
los remedios que utilizó en Turquía no habían servido para
nada.

Se decidió acabar del todo con él, por lo que le
clavaron una estaca en el corazón, lo que le hizo sangrar
muchísimo, y luego lo incineraron. Sus cenizas fueron
devueltas a su tumba. Para no tener futuros problemas, los
vecinos del pueblo exhumaron los cadáveres de las cuatro
víctimas de Paul y les clavaron estacas e incineraron, por
si acaso se decidían a volver.

Durante los cinco años siguientes no volvieron a
tener problemas con ningún vampiro, pero todo cambió tres
meses después de que volvieran tres médicos al lugar. Una
anciana de 60 años había muerto después de una larga
enfermedad. Desde el momento en que falleció la mujer se
empezaron a producir muertes, hasta 16 personas murieron.

Una mujer de 21 años declaró que una noche un chico
de 16 años le apareció mientras dormía. Lo extraño es que el
chico había muerto semanas antes de este suceso. Ella notó
que el chico se acercaba a su garganta y después de eso
empezó a dolerle. Unos días más tarde la muchacha fallecía
tras estar muy enferma. Todos los casos de muertes tenían
algo en común, las víctimas morían tras una corta pero letal
enfermedad.

Los vecinos empezaron a especular con la posibilidad
de que la anciana fuese la culpable de estas trágicas
muertes. Se creía que cinco años antes la mujer había comido
carne de una oveja a la que previamente había atacado Arnold
Paul.

Tras llegar los médicos, los cuerpos fueron
exhumerados, cinco de ellos estaban descompuestos pero el
resto fueron encontrados intactos, sus órganos internos
totalmente frescos y además contenían sangre fresca. Los
investigadores llegaron a la conclusión de que eran casos
claros de vampirismo, con lo que se decapitó a los cuerpos y
se les incineró, tras eso sus cenizas fueron tiradas al río.